En Tokio se ha celebrado en estos días la  tradicional fiesta del Hanami con la primera floración de los cerezos que reflejan la llegada de la primavera. La hermosa celebración ha reunido a multitud de personas  a pesar de los efectos del terrible terremoto y el tsunami que el pasado 11 de marzo, sacudieron la isla.

Han sido muchos los mensajes que llamaban a la contención y al respeto debido a los duros momentos por los que pasa el país nipón. Pero en su mayoría los tokiotas han apostado por recuperar la alegría y la esperanza como remedios contra la catástrofe, y han salido en masa a la calle para celebrar la tradicional llegada de la primavera.

En la tradición del Hanami los japoneses acuden a los parques y jardines de las ciudades a pasar el día con sus familiares y amigos contemplando los cerezos, típicos en la zona, cuya floración nutre el paisaje de flores blancas y rosadas. Normalmente, la costumbre es realizar un picnic al aire libre con la familia en el que el sake se convierte en el principal protagonista, por lo que es habitual ver a la gente guardando los mejores sitios de la zona con algunos días de antelación.

A pesar del desastre ocurrido, y de las víctimas, ni siquiera la alerta nuclear todavía presente en la central de Fukushima, ha conseguido estropear la fiesta en la capital a una población necesitada de alegría y esperanza tras la catástrofe.  Entre los intentos de levantar el ánimo general destaca la figura de Kosuke Kuji, propietario de una fábrica de sake en la región afectada por el terremoto, el cual se ha hecho popular en Japón por pedir a través de Youtube que la gente celebre el Hanami bebiendo este popular licor de arroz, y que con ello apoye el medio de vida de muchos damnificados.