Hay lugares con sabor, lugares a los que la tierra les ha regalado el don de sus frutos con especial benevolencia, regalos que el tiempo mantiene en la memoria y el paladar de sus gentes.

Uno de esos lugares es el municipio de Olvera, uno de los más característicos pueblos de la Sierra de Cádiz, eslabón fundamental en la cadena de pueblos blancos de Andalucía. Coronada sobre las tierras altas andaluzas se encuentra esta localidad, cuna de uno de los mejores aceites de oliva que puedan disfrutarse. La dilatada campiña de olivares y dehesas  que rodean este pueblo envuelve al viajero en un paisaje donde  el aceite es el principal protagonista, tanto en sus cocinas como en la vida diaria, ya que la agricultura del olivar ha sido desde antaño una de las principales industrias de la zona.

Los habitantes de este municipio han sabido cuidar y extraer con tanto esmero el néctar de sus olivos, que éste se ha convertido en exponente fundamental de una de las Denominaciones de Origen aceituneras más importantes de Andalucía, la Denominación de Origen Sierra de Cádiz. La cual comparte con otros pueblos cercanos como Setenil, Algodonales, Alcalá del Valle, o Torre Alháquime. Los expertos describen el sabor del aceite de Olvera como fuerte e intenso pero equilibrado al paladar, de una excelente calidad, color claro y de baja acidez. Las variedades existentes en la zona por orden de importancia son: Lechín,Manzanilla, Verdial, Hojiblanca, Picual, Alameña y Arbequina.